febrero 28, 2006

Vacaciones de vacaciones

Aquí estoy, de vuelta en la vida urbana, agitada, estresada, veloz, con sus miles de vehículos, personas, trámites… de vuelta en Santiago de Chile, después de unas excelentes pero cortas vacaciones. Y sólo queda el recuerdo. El recuerdo de esos días de sol, de playa, de carrete eterno, de hermosos paisajes, de descanso absoluto para la mente… de mujeres hermosas, de los famosos team de chicas de sueños. Un par de días fuera de Santiago y siento que he rejuvenecido, que me abrieron los ojos y me dijeron “Hey! hay más mundo acá afuera!”. A lo mejor es sólo porque me acerco a los 30 y sólo quiero vivir al máximo mis últimos días de 20.

Normalmente, al menos a mi me pasa, cuando vuelvo, vuelvo lleno de reflexiones. Reflexiones de la vida que llevo, y de cómo debería ser. Reflexiones sobre porque no conocemos muchos más lugares, más personas, de porque no tenemos muchas más aventuras, y tomamos más riesgos. También lleno de recuerdos, de esos días que queremos vivir siempre, porque el trabajo del año entero nos tiene destrozados, junto con la rutina, y el imparable ajetreo de vivir en la capital.

Vacaciones, eso que todos queremos, eso que anhelamos con tantas ganas que a veces dejamos demasiado en alto lo que esperamos de ellas, pero otras veces, nos sorprende. A mi, personalmente la vida me sigue sorprendiendo cada vez que conozco nuevas personas, nuevos lugares, nuevas culturas. Que ganas de viajar por todo el mundo y conocer miles de lugares, miles de culturas y documentar todo para luego intentar disponerlo a muchas otras personas que a lo mejor en ese momento no pueden viajar.

Vacaciones, el descanso merecido, para la salud, para la mente, para el alma. Este año hice algo distinto, y me sentí de 18 otra vez, en esa edad donde lo único que importa es pasarlo lo mejor posible. ¿Será que la juventud puede ser eterna? Es divertido ver como uno pasa de la ropa más cerca de lo formal a lo absolutamente informal, de los colores pavos o grises a los fuertes y múltiples. Mi piel se trae el recuerdo del sol, mi rostro, trae unos diez años menos, mi alma, otros pensamientos y otro norte.

Vacaciones, y a lo mejor, el comienzo de una nueva etapa en mi vida, al menos la energía y las ganas las traje… del sol y de la playa.

Puede que exista sólo una cosa mala de todo esto, por supuesto, el regreso al trabajo. Y después de andar tanto, uno también llega un poco cansado de las vacaciones. Falta como un período intermedio entre que llegas de vacaciones y entras a trabajar. Para mí, este período se podría llamar vacaciones de vacaciones. Eso necesito ahora, un poco de no hacer absolutamente nada, y mentalizarme en poder volver con todas la energía necesaria al trabajo, el que, después de todo, nos permite año a año, volver a salir de vacaciones, abrir nuevamente los ojos, emprender el vuelo y llegar hasta donde queramos, sin pensar en nada más que en descansar y vivir la vida como realmente se debería vivir.





Saludos a todos.

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