abril 26, 2009

¿Estás Preparado?

En una de mis primeras clases al comienzo del semestre hago esta interesante pregunta a mis alumnos, ¿estás preparado? Y la hago, en el contexto actual del mundo, una era de grandes y profundos cambios sociales, políticos, culturales y económicos. Cambios que han hecho llevar el pensamiento desde la comodidad de la estabilidad que buscaban por siempre nuestros padres hacia la incertidumbre sobre el futuro que nos rodea hoy. Es una pregunta claramente dirigida a las nuevas generaciones, o a las generaciones que aún están en el momento de poder hacer algo, de estar preparadas para asumir la responsabilidad de cambiar completamente la sociedad antes de que ella termine con miles de millones de años de vida.

El mundo de hoy, es un mundo en el que no se puede descansar en la estabilidad, es un mundo revolucionado completamente por el cambio, es un mundo donde la reina es la incertidumbre, y también, un mundo donde se comenzarán a forjar los nuevos visionarios y aventureros del mañana. Pero a diferencia del pasado, es algo que ocurre frente a nuestros propios ojos gracias a la interconexión del mundo entero.
Cuando yo era pequeño, la vida, el mundo y muchas cosas se nos mostraban a través de libros, la televisión, fotos e historias que contaban nuestros padres o profesores. Y había que creer en ellos porque no había forma fácil y simple de averiguar si era o no cierto. Como he dicho muchas veces, la vida era lo que nos contaban de ella. Hoy en día en cambio, la información sobre casi todas las cosas está al alcance de la mano, ya no es necesario creer ciegamente en lo que nos dicen, nosotros tenemos el control para averiguar casi todo lo que deseemos con un par de clics en Internet. Quizá esto que para las generaciones actuales suena tan trivial, significa un cambio de perspectiva y una revolución muy compleja para quienes crecimos con acceso a sólo una muy reducida parte de la información. Es por eso que me hace mucho sentido, comenzar mi clase sobre este tema citando el eslogan de un comercial de una famosa bebida de fantasía que dice “Las cosas como son”. Así es, las cosas como son, no como te las pueden contar, esta es posiblemente una de las bases del cambio en la forma de pensar de las nuevas generaciones.

En este nuevo orden, o desorden quizá (caos a lo mejor), de las cosas, donde han ocurrido eventos que como nunca antes han puesto de cabeza el pensamiento colectivo, tenemos que aprender a convivir con la incertidumbre, con el riesgo que implica aventurarse a rumbos desconocidos, y por otra parte, con la gran oportunidad que significa esto, ya que ahora más que nunca, el cambio y la incertidumbre parecieran ser lo único seguro. Esto significa transformar nuestra estructurada y rígida forma de pensar y actuar, en formas más flexibles y adaptables hacia estos nuevos y desconocidos caminos que se irán revelando a medida que el paso de estos convulsionados años transcurra. Así también como nosotros, las empresas, instituciones y organizaciones deberán comprender que ya no existirán grandes recetas de cómo crecer y mantenerse en el tiempo, si no que la única reglas será está atento, se flexible y adáptate al cambio.

Pero estos cambios que ocurren en todo orden de las cosas, no son más que un grito social de necesidad imperiosa de transformar las culturas para contrarrestar el grave daño que las generaciones pasadas con su irresponsabilidad han dejado. Esta es justamente la gran, enorme y pesada responsabilidad que recae en los jóvenes de hoy. Salvar el mundo. Así de fantástico y trascendente suena, pero es cierto, somos los que hoy estamos vivos y quienes nacerán mañana los que tenemos la oportunidad única de lograr que la humanidad siga existiendo o se extinga definitivamente. Estamos en pleno momento de lograr un gran punto de inflexión para comenzar a construir un mundo más humano, de igualdad, de justicia, de pensamientos globales hacia el cuidado de nuestra madre tierra. En este contexto, es cuando la humanidad necesita unirse y avanzar con objetivos comunes mundiales hacia el mañana, coordinando los esfuerzos y pensando como una sola gran nación. Y no es algo que pase sólo por las cabezas de los grandes líderes de hoy, ni sólo por el pensamiento de los grandes sabios de hoy, es algo que se ve y queda plasmado en todas las instancias de participación social que existen alrededor del mundo. Hoy la sociedad tiene las herramientas a su alcance para organizarse globalmente y así lo ha demostrado. Por lo tanto, hoy, esta necesidad imperiosa de cambiar todo lo malo nace justamente desde el corazón de todas las personas y se manifiesta de forma nunca antes visto en todas partes y de forma organizada y armónica, sin importar las fronteras, clases sociales, ideologías políticas y religiones.

Es entonces que hago la pregunta, una y otra vez, ¿estás preparado? ¿Estás preparado para vivir en este nuevo mundo? ¿Estás preparado para cambiar el mundo? Einstein decía “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Las sociedades de hoy, claramente no pueden seguir haciendo lo mismo que se ha hecho por años y años. Es hora de cambiar, todo. Es hora de despertar, de abrir los ojos, de mirar desde otro punto de vista las cosas, de pensar en lo realmente importante, de emprender, de soñar con cambiar el mundo, de actuar para cambiar el mundo, de ser parte del cambio y llamar a muchos más a hacer lo mismo. Mahatma Gandhi decía “Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”. Es un llamado a generar una gran revolución desde nuestro interior y llevarla a todos los lugares. Es hora de soñar más allá de lo habitual, de aprender de nuevo a pensar, de emprender acciones globales, de transformar todo en grandes historias, de ser parte del cambio que quieres, es tiempo, y lo repito una y otra vez, de hacer cosas imposibles.

Cambiar el mundo hoy, no es algo opcional. Debe ser parte de cada uno de nosotros y debe ser un objetivo global. Imaginar una nueva vida apta y digna para todas las sociedades no es algo opcional. Cuidar el medio ambiente y la vida de todo sr vivo no es algo opcional. Tampoco lo son el uso responsable de los recursos, la superación de la pobreza, la búsqueda de fuentes limpias y renovables de energía, el libre acceso del conocimiento para todas las culturas, la proclamación de un conocimiento único, universal como patrimonio principal de la humanidad. Cambiar el mundo es nuestra misión hoy, y en esta gran tarea, de la cual nos debemos hacer responsables, tenemos que ser realmente magníficos, sorprendentes y apasionados.
Hay que recuperar el tiempo perdido, hay que tomar todo lo que sabemos hasta hoy y literalmente botarlo a la basura, es hora de comenzar a ver las cosas con otros ojos, con otra perspectiva, un mundo nuevo requiere de nuevas formas de pensar, imaginar y actuar.

Es en este panorama donde surgen necesidades completamente nuevas, para las que deberán crearse profesionales completamente nuevos y para las que seguramente se crearán tecnologías completamente nuevas. Claramente la tecnología no será el problema, más sí, si existirán realmente estos nuevos profesionales. ¿Qué ocurre cuando las necesidades sobrepasan las ideas de solución? ¿Qué pasa cuando las necesidades sobrepasan las acciones necesarias para satisfacerlas? Estos nuevos profesionales, que no sólo serán mis alumnos, si no que los alumnos de otras carreras, otras universidades y otras naciones, necesitan de algo que antes no era tan importante y valorado, menos aún algo que de lo que se hablara como necesidad ya que no se podía medir su eficacia. De lo que estoy hablando es del talento. Talento que provendrá de gente que se atreva a pensar distinto, a cuestionar todo, a cambiar las cosas, a liderar los cambios, y todo ello desde una formación valórica muy sólida.

Este talento en una primera instancia no estará en más del 15 o 20 % de los profesionales, pero su poder y eficacia será suficiente para poner andar esta nueva era. Las empresas y la sociedad recién comienzan a ver la importancia del valor del talento en las personas y por lo tanto comienza recién ahora a hablar de él y a intentar fortalecerlo en los individuos.

El entendimiento de la relevancia de permitir que el talento aflore y domine nuestras cabezas nos permitirá convertirnos en los jovencitos de la película, en los héroes de las grandes historias, mantenernos los suficientemente locos para hacer cosas extrañas y chifladas pero de clase e impacto mundial.

Aún teniendo este talento desarrollado, ¿cree la sociedad actual que está preparada? ¿Cree cada uno de sus individuos que está preparado para esta nueva vida? ¿Realmente la sociedad ha aprendido algo después de los atentados terroristas de las torres gemelas, de la crisis financiera o de la crisis del petróleo? ¿Está la humanidad consiente de los grandes cambios sociales que están ocurriendo como la elección del primer presidente afroamericano en Estados Unidos o de la primera presidenta mujer en Chile? ¿Estamos preparados para comprender que es lo que la sociedad de hoy requiere? Y sobre todo ¿Estamos preparados para comprender lo que los niños y jóvenes necesitan para enfrentar este nuevo mundo? Definitivamente yo creo que no. Al menos mientras no pongamos las cosas en nuestras cabezas según la real importancia que tienen.

Hasta que la humanidad no se de cuenta de que debe nacer una nueva era, el mundo seguirá en camino hacia su destrucción. Pero así como yo, y muchas otras personas en el mundo, y ojalá quienes se han detenido a leer esta reflexión, comenzamos a entenderlo y a emprender acciones para que la semilla crezca y de frutos, otras personas lo harán también hasta que se convierta en una corriente universal que lleve esto a todos los rincones del planeta. Quizá por ahí las predicciones de los antiguos Mayas o las de Nostradamus y otros sabios del pasado tenían algo de cierto, y es que ellos esperan que en estos tiempos, cerca del año 2012 muera una era y comience otra, que espero lleve a la humanidad al sitial que merece, en unidad, dignidad, justicia, armonía y amor. Los que vivimos en este tiempo somos y seremos los protagonistas de la historia, ya sea que termina bien o mal. Nosotros la estamos escribiendo y cada una de nuestras acciones de alguna forma contribuirá a lo que ocurra.

Así que les dejo estas preguntas para que reflexionen: ¿Estás preparado? ¿Eres capaz de imaginar un mundo mejor? ¿Eres capaz de luchar por ese cambio? ¿Eres capaz de convencer a los demás? ¿Eres capaz de emprender una acción global?

Cuando termina mi presentación, en la clase a mis alumnos sobre este tema, les digo:

“Tú escribes la historia, tú te pones las metas, tú las consigues… si realmente quieres.”

Saludos a todos.

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