septiembre 27, 2007

La puesta de sol más hermosa

Soy un soñador, eso, creo que para nadie es una novedad a estas alturas. Lo acepto, vivo idealizando casi todo en la vida. Para quienes vivimos así, pareciera que la satisfacción, el éxito y la felicidad están en la punta de la montaña más alta y fría del mundo. Y la lucha por conseguir una realidad semejante a nuestros sueños, irónicamente, nos quita el sueño. Nos hace trabajar mucho, sudar, sacrificar, y soportar mucha adversidad y frustración al ver cómo lo que queremos muchas veces parece aún más y más lejano.

Sin embargo, en mi humilde, corta, pero muy valorada experiencia, he visto que a veces tenemos lo que siempre hemos querido frente a nuestros ojos y no nos hemos dado cuenta. Y otras tantas veces, lo tenemos al lado, pero de otra forma. En este caso es en el que me quiero detener un poco.

A lo mejor a muchos como yo les ha pasado que sin darse cuenta han encontrado algo que los ha hecho feliz sorpresivamente, me refiero a situaciones de la vida que no son parte de la imagen proyectada en sus mentes por los ideales de los sueños perseguidos. Hay una película, llamada “Bajo el Sol de Toscana”, dirigida por Audrey Wells y protagonizada por Diane Lane, que me recuerda aquello. Si toman algunas de esas cosas, y las analizan profundamente, lo más probable es que puedan concluir que sí eran parte de sus sueños o ideales, pero que de alguna forma extraña, están un poco modificadas a como las imaginaron. Y es que, creo, la vida se encarga muchas veces de mejorar esa imagen en su versión real, y lo que creímos toda la vida que debía ser de una forma, luego siendo de una forma ligeramente distinta o radicalmente distinta, funciona mucho mejor.

Entonces, por qué no pensar en que para muchos la felicidad o el éxito ya han llegado a sus vidas, pero simplemente no se han dado cuenta de ello, y que pensándolo bien, siempre existe una forma de hacer aún mejor que en los sueños la realidad.

Por qué no pensar que existe más de una forma de ser feliz, de lograr lo que uno quiere. Por qué no pensar que a lo mejor esa montaña no es tan alta ni tan fría, que no está tan lejos o que a lo mejor, lo que necesitamos para ser felices no está en ella sino que en el monte más pequeño que está a su lado. No se trata de conformarse con menos, ya saben lo que pienso sobre el conformismo y sobre la mediocridad (para los que no saben, lo detesto), pero creo que es mejor aprender a disfrutar también de las cosas más simples, de los éxitos más pequeños de cada una de esas pequeñas cosas que van conformando una gran felicidad. Y finalmente, creo también que es mejor aprender a entender que lo que nos hace plenos y felices puede ser de alguna forma distinta a como lo soñamos.

En la película que mencionaba anteriormente, para los que no la han visto, a la protagonista le sucede algo similar, un día, después de mucho andar persiguiendo su sueño, se da cuenta de que todo lo que deseaba, lo tiene a su lado, no exactamente como lo esperaba, pero de una forma parecida y aún mejor, porque la hace sentirse realmente feliz.

Es la parte de las vueltas de la vida, nunca sabemos dónde vamos a terminar, pero de la forma que sea, siempre podemos ser felices, exitosos y alcanzar las metas que nos proponemos, teniendo una vida armónica con nuestros principios y valores.

Ojalá puedan pensar en ello, revisar qué es lo que desean para ser felices si aún no se sienten así, y si ya son felices no está de más también repasarlo, y luego, revisar también qué es lo que ya han logrado y ver si en algo se parece con lo que buscan para sus vidas. A lo mejor, más de alguna cosa ya la tienen sin darse cuenta, frente a sus narices y ni siquiera se habían dado cuenta, y a lo mejor otras están tan cerca que basta hacer un pequeño cambio en las cosas para lograrlo.

Para terminar, un ejemplo basado en mi propia vida. He visto muchas puestas de sol en el mar, siempre me maravillan por lo hermosas que son, y siempre trato de ver una más para encontrar la perfecta, la de mis sueños. Mientras revisaba las fotos que tomé a la última que presencié hace unos días, me percaté que me parecía la más hermosa de todas las que he visto, a pesar que la foto no tenía nada especial. Y al pensar en el porqué me di cuenta de que la diferencia con otras no estaba en la puesta de sol misma, sino que en lo que componía el momento, ya que a mi lado, mientras la observaba y fotografiaba, estaba la mujer que ha sido responsable de mi larga y sostenida felicidad de todo este último tiempo, la mujer que amo.

Ya ven, no obtuve la fotografía más hermosa de todas, pero el momento fue mucho mejor que si hubiera logrado la fotografía más hermosa en soledad. Por supuesto, me quedan muchas puestas de sol que observar aún, y a todos ustedes, muchas formas de ser felices, encontrando la forma de mirar la vida desde otro punto de vista, como a lo mejor realmente es, mucho más simple, y para lo que realmente sirve, para aprender a que podemos ser felices de muchas maneras y que también podemos ayudar a los demás a encontrar su felicidad de formas impensadas, increíbles, fantásticas, maravillosas.

Recuerden, la felicidad siempre está cerca, pero no nos sirve de nada si primero no tomamos la decisión de querer ser felices.

Saludos a todos.
(Revisión: Francia Albornoz)

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