En mi última presentación, hace unas semanas atrás, tuve el agrado de hablar sobre emprendimiento y sobre mi experiencia personal en ello. En esta exposición, que realicé en un Seminario organizado por la Universidad de Santiago en el marco del Sexto Concurso Nacional de Emprendedores en Innovación Tecnológica I2R 2007, y en conjunto con el proyecto IMPULSAR de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de Información A.G. (ACTI), presenté mi Círculo del Emprendimiento, el cual está compuesto por cinco partes, las que quiero compartir con ustedes.
1) Observación
Todo parte con esto. Los grandes emprendedores son personas muy observadoras, capaces de ver lo que los demás no pueden (simplemente porque no quieren), personas que ven la vida de otra forma, con una mente muy abierta y, sobre todo, siempre pensando en cómo hacer más fácil y mejor la vida de los demás. La observación es la base de todo, de ahí, generalmente, se adquiere la capacidad de identificar problemas, ya sea no resueltos o resueltos medianamente, desde el punto de vista del emprendedor. Y no se trata de encontrar la forma de mejorar grandes cosas, sino que también de ver esos típicos problemas que la sociedad asume diciendo “es que la vida es así” o “así no más es, qué se le va a hacer”. Es justamente aquí donde el emprendedor ve una oportunidad, generalmente en lo que las otras personas pasan por alto o asumen que no se puede cambiar. Muchas veces he dicho que los niños son los mejores emprendedores, pues ellos aún no han limitado sus pensamientos, muchas veces ideas absurdas, y, por lo tanto, solucionan de forma más simple, rápida y efectiva sus problemas.
Todo parte con esto. Los grandes emprendedores son personas muy observadoras, capaces de ver lo que los demás no pueden (simplemente porque no quieren), personas que ven la vida de otra forma, con una mente muy abierta y, sobre todo, siempre pensando en cómo hacer más fácil y mejor la vida de los demás. La observación es la base de todo, de ahí, generalmente, se adquiere la capacidad de identificar problemas, ya sea no resueltos o resueltos medianamente, desde el punto de vista del emprendedor. Y no se trata de encontrar la forma de mejorar grandes cosas, sino que también de ver esos típicos problemas que la sociedad asume diciendo “es que la vida es así” o “así no más es, qué se le va a hacer”. Es justamente aquí donde el emprendedor ve una oportunidad, generalmente en lo que las otras personas pasan por alto o asumen que no se puede cambiar. Muchas veces he dicho que los niños son los mejores emprendedores, pues ellos aún no han limitado sus pensamientos, muchas veces ideas absurdas, y, por lo tanto, solucionan de forma más simple, rápida y efectiva sus problemas.
2) Idea.
A partir de la identificación de un problema, o mejor dicho, de una oportunidad, nace, después de un proceso increíble que une un poco de creatividad con asociación de conocimientos, y un poco de inocencia, por qué no decirlo, nuestra idea de solución, nuestro plan maestro de salvar al mundo. Cabe aclarar que es solo una exageración que utilizo para explicar lo que siente un emprendedor cuando encuentra eso que lo puede llevar a desarrollar un proyecto increíble, una experiencia increíble. La concepción de la idea es la parte mágica del círculo del emprendimiento. Es la parte en la que soñamos y nos llenamos de energía y motivación. Ahora bien, lo que frena a las personas en este punto es, generalmente, pensar que a alguien más ya se le ocurrió esa idea, o si no, al buscar en Internet encuentran que existen muchas otras personas en el mundo que ya pasaron por lo mismo y que ya encontraron la forma de solucionarlo. Aquí hay una diferencia importante con los emprendedores, ellos siempre piensan que su forma particular de resolver un problema aporta más valor o un valor distinto a las otras soluciones. Y si no es así en el principio, rápidamente se encuentra la forma de hacerlo: lo hago más barato, lo hago más fácil, lo hago más rápido, lo hago de mejor calidad, agrego esta otra funcionalidad, mejoro lo que está ya hecho.
A partir de la identificación de un problema, o mejor dicho, de una oportunidad, nace, después de un proceso increíble que une un poco de creatividad con asociación de conocimientos, y un poco de inocencia, por qué no decirlo, nuestra idea de solución, nuestro plan maestro de salvar al mundo. Cabe aclarar que es solo una exageración que utilizo para explicar lo que siente un emprendedor cuando encuentra eso que lo puede llevar a desarrollar un proyecto increíble, una experiencia increíble. La concepción de la idea es la parte mágica del círculo del emprendimiento. Es la parte en la que soñamos y nos llenamos de energía y motivación. Ahora bien, lo que frena a las personas en este punto es, generalmente, pensar que a alguien más ya se le ocurrió esa idea, o si no, al buscar en Internet encuentran que existen muchas otras personas en el mundo que ya pasaron por lo mismo y que ya encontraron la forma de solucionarlo. Aquí hay una diferencia importante con los emprendedores, ellos siempre piensan que su forma particular de resolver un problema aporta más valor o un valor distinto a las otras soluciones. Y si no es así en el principio, rápidamente se encuentra la forma de hacerlo: lo hago más barato, lo hago más fácil, lo hago más rápido, lo hago de mejor calidad, agrego esta otra funcionalidad, mejoro lo que está ya hecho.
3) Motivación “Inspiracional” (o Inspiradora).
Este concepto lo tomé del libro El Líder Transformador, de David Fischman. Esta es una parte fundamental, puesto que la gran mayoría de las personas necesita de un fin trascendental para realizar grandes acciones, y más aún para un emprendedor. Cuando se buscan razones para emprender un proyecto, que están basadas en valores positivos y trascendentes, esto entrega la energía necesaria al emprendedor y a todas las personas que se han involucrado en su proyecto, para no decaer y llevar la idea al éxito. El fin superior o trascendental es clave para la motivación. En parte es como la visión de una empresa, trasciende al tiempo y a las personas, busca un fin universal. Por ejemplo, mejorar la calidad de vida de las personas, salvar vidas, proteger el medio ambiente, hacer felices a las personas, etc. Muchas veces esto se confunde con los sueños del emprendedor y la gente los sigue porque ve en ellos algo bueno. Entonces, justamente eso es lo que hay que tomar y convertir en una “Motivación Inspiradora” que sea superior al emprendedor. Se busca que la gente trabaje por la idea, porque está haciendo algo bueno, que lo reconforta, que lo beneficia y, sobre todo, que lo convierte en una mejor persona (cosa realmente importante). Muchas veces se dice “sé feliz haciendo lo que te gusta”, justamente se trata de eso, es la razón fundamental de por qué el emprendedor quiere llevar al éxito su idea.
Este concepto lo tomé del libro El Líder Transformador, de David Fischman. Esta es una parte fundamental, puesto que la gran mayoría de las personas necesita de un fin trascendental para realizar grandes acciones, y más aún para un emprendedor. Cuando se buscan razones para emprender un proyecto, que están basadas en valores positivos y trascendentes, esto entrega la energía necesaria al emprendedor y a todas las personas que se han involucrado en su proyecto, para no decaer y llevar la idea al éxito. El fin superior o trascendental es clave para la motivación. En parte es como la visión de una empresa, trasciende al tiempo y a las personas, busca un fin universal. Por ejemplo, mejorar la calidad de vida de las personas, salvar vidas, proteger el medio ambiente, hacer felices a las personas, etc. Muchas veces esto se confunde con los sueños del emprendedor y la gente los sigue porque ve en ellos algo bueno. Entonces, justamente eso es lo que hay que tomar y convertir en una “Motivación Inspiradora” que sea superior al emprendedor. Se busca que la gente trabaje por la idea, porque está haciendo algo bueno, que lo reconforta, que lo beneficia y, sobre todo, que lo convierte en una mejor persona (cosa realmente importante). Muchas veces se dice “sé feliz haciendo lo que te gusta”, justamente se trata de eso, es la razón fundamental de por qué el emprendedor quiere llevar al éxito su idea.
4) Plan de Acción.
Siempre lo he dicho, “ideas son solo eso, ideas, no salvan al mundo, no cambian las cosas”. Lo que verdaderamente sirve son las acciones concretas, bien planificadas, con resultados claros, palpables, producto de esas ideas. No basta salir a la calle y gritar “¡se me ocurrió una idea genial!”, “soy un genio”. Si esa idea no se convierte en acciones reales, no sirve de mucho. Entonces, ¿cómo convertirla con éxito en algo real, concreto y que, por sobre todo, cumpla con lo que soñamos? La respuesta está en elaborarnos un plan de acción. Un plan de acción es el puente entre los sueños y la realidad. Es la forma de comenzar a concretar nuestra idea. Contiene objetivos claros, alcanzables, actividades bien determinadas, con plazos, persona responsables, presupuestos y fuentes de financiamiento. Un plan de acción es una receta con los pasos que vamos a seguir para llegar al éxito. Esto es sumamente importante, puesto que la elaboración de un buen plan asegura una alta probabilidad de éxito. En esta etapa el emprendedor vuelca su valor en el proyecto, es decir, hace tangible la razón de por qué él, y no otros, puede hacer de la idea algo exitoso. Hay que entender algo, cuando se desarrolla un proyecto o una empresa es hasta esta es parte (el plan de acción) donde se usa la creatividad, no después. Después solo se ejecuta lo que dice el plan maestro. Generalmente, los proyectos fracasan porque los planes de acción carecen de solidez, de claridad y, sobre todo, de buenas ideas para su desarrollo, son ambiguos en muchas cosas, por lo tanto, en la ejecución del plan la gente se pone creativa y termina haciendo algo distinto al objetivo inicial, y a pesar de que puede llegar a hacer algo bueno, termina quedando en el baúl de los recuerdos debido a que no sirvió a muchas personas o no interesó a otras. Un poco de mi experiencia personal, trabajo con ingenieros y muchas veces les digo, por ejemplo, que necesito que me fabriquen un vaso de cristal y terminan entregándome un florero, simplemente porque no siguieron el plan maestro. Entonces, aquí una cosa también importante, todo el grupo de trabajo que acompaña a un emprendedor debe conocer y hacer suyo el plan de acción, y eso se logra haciéndolos participar en su elaboración.
Siempre lo he dicho, “ideas son solo eso, ideas, no salvan al mundo, no cambian las cosas”. Lo que verdaderamente sirve son las acciones concretas, bien planificadas, con resultados claros, palpables, producto de esas ideas. No basta salir a la calle y gritar “¡se me ocurrió una idea genial!”, “soy un genio”. Si esa idea no se convierte en acciones reales, no sirve de mucho. Entonces, ¿cómo convertirla con éxito en algo real, concreto y que, por sobre todo, cumpla con lo que soñamos? La respuesta está en elaborarnos un plan de acción. Un plan de acción es el puente entre los sueños y la realidad. Es la forma de comenzar a concretar nuestra idea. Contiene objetivos claros, alcanzables, actividades bien determinadas, con plazos, persona responsables, presupuestos y fuentes de financiamiento. Un plan de acción es una receta con los pasos que vamos a seguir para llegar al éxito. Esto es sumamente importante, puesto que la elaboración de un buen plan asegura una alta probabilidad de éxito. En esta etapa el emprendedor vuelca su valor en el proyecto, es decir, hace tangible la razón de por qué él, y no otros, puede hacer de la idea algo exitoso. Hay que entender algo, cuando se desarrolla un proyecto o una empresa es hasta esta es parte (el plan de acción) donde se usa la creatividad, no después. Después solo se ejecuta lo que dice el plan maestro. Generalmente, los proyectos fracasan porque los planes de acción carecen de solidez, de claridad y, sobre todo, de buenas ideas para su desarrollo, son ambiguos en muchas cosas, por lo tanto, en la ejecución del plan la gente se pone creativa y termina haciendo algo distinto al objetivo inicial, y a pesar de que puede llegar a hacer algo bueno, termina quedando en el baúl de los recuerdos debido a que no sirvió a muchas personas o no interesó a otras. Un poco de mi experiencia personal, trabajo con ingenieros y muchas veces les digo, por ejemplo, que necesito que me fabriquen un vaso de cristal y terminan entregándome un florero, simplemente porque no siguieron el plan maestro. Entonces, aquí una cosa también importante, todo el grupo de trabajo que acompaña a un emprendedor debe conocer y hacer suyo el plan de acción, y eso se logra haciéndolos participar en su elaboración.
5) Ejecución.
Sin duda, esta es la parte más extensa y difícil para un emprendedor. Se requiere de mucho trabajo, de mucha concentración, de disciplina, orden y claridad. Se dice que no se debe confundir a un emprendedor con un líder, sin embargo, yo creo que un emprendedor debe saber ser un líder, sobre todo porque generalmente es la persona más idónea para llevar al éxito su idea. La ejecución del plan de acción es la parte donde surgen los mayores problemas, adversidades, tensión entre las personas y una gran cantidad de obstáculos que hacen que por momentos peligre el éxito del proyecto. En esta etapa se requieren capacidades del emprendedor que no siempre se tienen. Por ejemplo, liderazgo, perseverancia, paciencia, claridad para ver las cosas, apertura de mente, justicia, criterio, entre otras. La ejecución es un largo camino lleno de sorpresas, y cada una de esas sorpresas nos tratará de sacar de nuestro camino original para llevarnos por senderos adyacentes que finalmente nos hacen llegar donde no queríamos.
Otro aspecto importante en esta parte del círculo es entender el flujo de la energía en nuestro proyecto. Esta energía, que puede ser dinero, recurso humano, bienes materiales o cualquier otra cosa que sea muy relevante para el buen desarrollo del proyecto, debe ser administrada de la forma correcta, de lo contrario, es muy probable el fracaso. En el caso del dinero en particular, un emprendedor, aunque no sea su función principal, debe saber sobre financiamiento, contabilidad, economía, balances, estados financieros, debe conocer algo de las leyes referidas a lo que hace y las que son referidas a la nación donde vive, junto con toda la normativa legal que debe seguir en el rubro que se encuentra. No hablo de ser un experto, pero sí de tener una idea básica de cómo funcionan las cosas, si aun así se necesita de expertos, estos se deben presupuestar antes en el plan de acción.
Finalmente, si ya han recorrido con éxito los pasos anteriores y se está terminando este último, entonces viene la mejor parte: el éxito, la satisfacción, la alegría y felicidad de haberlo logrado, las celebraciones, premiaciones y felicitaciones. Este es un momento muy importante para el emprendedor y sus seguidores, porque es la retroalimentación necesaria para que después de un tiempo de disfrutar del triunfo se pueda comenzar un nuevo proyecto.
Así es, un nuevo proyecto, porque un emprendedor nunca termina de emprender y de recorrer el Círculo del Emprendimiento, y mientras más lo analiza, más experiencia adquiere, más fácil se hace alcanzar al éxito y más riesgos se atreve a tomar. Crecimiento espiritual, no solo para él, sino que para todos quienes están con él.
Por último, si quieren cambiar el mundo en el que viven no se conformen con reclamar, ni con tener un punto de vista distinto, ni con tener buenas ideas, aprendan a emprender, y emprendan, salgan a cambiar el mundo y gocen de los beneficios que esto les puede traer, espiritualmente, y por qué no también, económicamente.
Saludos a todos.
Sin duda, esta es la parte más extensa y difícil para un emprendedor. Se requiere de mucho trabajo, de mucha concentración, de disciplina, orden y claridad. Se dice que no se debe confundir a un emprendedor con un líder, sin embargo, yo creo que un emprendedor debe saber ser un líder, sobre todo porque generalmente es la persona más idónea para llevar al éxito su idea. La ejecución del plan de acción es la parte donde surgen los mayores problemas, adversidades, tensión entre las personas y una gran cantidad de obstáculos que hacen que por momentos peligre el éxito del proyecto. En esta etapa se requieren capacidades del emprendedor que no siempre se tienen. Por ejemplo, liderazgo, perseverancia, paciencia, claridad para ver las cosas, apertura de mente, justicia, criterio, entre otras. La ejecución es un largo camino lleno de sorpresas, y cada una de esas sorpresas nos tratará de sacar de nuestro camino original para llevarnos por senderos adyacentes que finalmente nos hacen llegar donde no queríamos.
Otro aspecto importante en esta parte del círculo es entender el flujo de la energía en nuestro proyecto. Esta energía, que puede ser dinero, recurso humano, bienes materiales o cualquier otra cosa que sea muy relevante para el buen desarrollo del proyecto, debe ser administrada de la forma correcta, de lo contrario, es muy probable el fracaso. En el caso del dinero en particular, un emprendedor, aunque no sea su función principal, debe saber sobre financiamiento, contabilidad, economía, balances, estados financieros, debe conocer algo de las leyes referidas a lo que hace y las que son referidas a la nación donde vive, junto con toda la normativa legal que debe seguir en el rubro que se encuentra. No hablo de ser un experto, pero sí de tener una idea básica de cómo funcionan las cosas, si aun así se necesita de expertos, estos se deben presupuestar antes en el plan de acción.
Finalmente, si ya han recorrido con éxito los pasos anteriores y se está terminando este último, entonces viene la mejor parte: el éxito, la satisfacción, la alegría y felicidad de haberlo logrado, las celebraciones, premiaciones y felicitaciones. Este es un momento muy importante para el emprendedor y sus seguidores, porque es la retroalimentación necesaria para que después de un tiempo de disfrutar del triunfo se pueda comenzar un nuevo proyecto.
Así es, un nuevo proyecto, porque un emprendedor nunca termina de emprender y de recorrer el Círculo del Emprendimiento, y mientras más lo analiza, más experiencia adquiere, más fácil se hace alcanzar al éxito y más riesgos se atreve a tomar. Crecimiento espiritual, no solo para él, sino que para todos quienes están con él.
Por último, si quieren cambiar el mundo en el que viven no se conformen con reclamar, ni con tener un punto de vista distinto, ni con tener buenas ideas, aprendan a emprender, y emprendan, salgan a cambiar el mundo y gocen de los beneficios que esto les puede traer, espiritualmente, y por qué no también, económicamente.
Saludos a todos.
(Revisión: Francia Albornoz)
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